Según la Seguridad Social, la base media de cotización de un trabajador autónomo es un 40% inferior a la de un asalariado del Régimen General. La causa principal por la que pagan menos es que eligen su base de cotización libremente, independientemente de sus ingresos reales. Esto hace que el 84% de los autónomos coticen por la base mínima, que este año equivale a unos ingresos mensuales de 893 euros brutos al mes. Es evidente que estos ingresos no corresponden con casi nueve de cada 10 autónomos, pero a efectos de recaudación para la Seguridad Social es así.
Según explican desde la Seguridad Social en su último informe sobre las recomendaciones del Pacto de Toledo, “tradicionalmente la base mínima del RETA siempre era superior a la del Régimen General para paliar en parte el citado efecto de la elección voluntaria de bases. No obstante, entre 2005 y 2012, la base mínima de los autónomos se ha ido incrementando menos que la del Régimen General, y prácticamente siempre por debajo del aumento del IPC”.
De esta forma, pese a que desde 2013 la base mínima de los autónomos –por la que cotizan casi nueve de cada 10 afiliados al RETA– ha vuelto a aumentar más que la de los asalariados, esto no ha evitado que entre 2005 y 2015 su cotización mínima haya crecido un 14,8% mientras que el IPC subió un 22,1% y la base mínima del Régimen General, se incrementó un 26,4%. Esto, unido a las menores carreras de cotización de los autónomos (el 68% de los asalariados ha cotizado más de 35 años a la Seguridad Social frente al 40% de los autónomos), hace que sean muchos más autónomos los que no logran cotizar lo suficiente ni siquiera para autofinanciarse una pensión mínima.
Por ello, como la ley garantiza una pensión mínima contributiva si se cumplen los requisitos de edad y número de años cotizados, cuatro de cada 10 autónomos (el 38,74%) recibe un complemento a mínimos que eleva lo que le corresponde estrictamente por haber cotizado lo mínimo hasta la cuantía de la pensión mínima del sistema cada año. Así, este complemento es cobrado por casi el doble de autónomos que de asalariados, que solo lo reciben en un 23% de los casos.
No obstante, dicho todo esto, tal y como permite la ley, en los últimos años de cotización previos a la pensión (desde que el autónomo cumple los 47 años) cuatro de cada 10 autónomos eleva su cotización por encima de la media para incrementar su futura pensión. Pese a todo, la prestación que se llevan estos trabajadores es aproximadamente un 50% inferior a la media de la pensión que cobran los asalariados.
(Cinco Días, 24-11-2016)